sábado, 4 de febrero de 2012

Capítulo 3


Capítulo 3.  Resaca arrepentida.
El ruido de la puerta de la casa me despertó, era Ángel. Me sentía bastante mal y apenas podía abrir los ojos. Ángel me hizo un gesto para que fuera a hablar con él y eso hice.
-¿Qué quieres “pesao”? – pregunté desganado.
-Buena resaca, ¿no? Te lo mereces- dijo Ángel riéndose.
-¡Qué gracioso…! – dije irónicamente.
-Así que te tiraste a Laura. Vas de mal en peor.
-¡Ostia, Laura! La dejé arriba durmiendo.
-Tranquilo fiera, aún duerme.
-Menos mal, no tengo ganas de nada.
-Deberías irte a casa, no te preocupes por recoger, estos gandules me ayudan.
-Gracias, la verdad es que no tengo ganas de hablar con Laura ahora, me voy antes de que se despierte.
-Vale, nos vemos tío, luego te busco.
-Ok.
Recogí mis cosas y me fui rápidamente antes de que nadie se despertara, pero cuando llegue a la puerta Marta estaba esperándome.
-¿Te ibas ya?- preguntó inocentemente
-Ahh… sí- dije sorprendido.
-Pues me voy contigo, ya he hablado con Ángel. No creo que puedas llegar bien a tu casa con esa resaca.
- Gracias fea.
Anduvimos un rato callados hasta que Marta empezó a hablar.
-¿Por qué lo hiciste?- dijo algo mosqueada.
-¿A qué te refieres?- dije sin enterarme de lo que pasaba.
-Lo sabes muy bien, el numerito de anoche.
-Estaba borracho…
-No es muy buena excusa. Mira, no sé nada de Alex, pero sé que os ha pasado algo y viene de antes de la fiesta.
-¿Te diste cuenta?
-Hablasteis debajo de la ventana del baño anoche y yo estaba ahí. Me enteré de lo que Alex hizo en tu casa el otro día.
-Ya…
-Después de saber que quiere contigo te tiras a Laura. Eres  un insensible.
-Mi sentimiento hacia él no es mutuo.
-Aun así, podríais cortaros un poco, sobre todo tú que dejaste a Laura.
-La dejé porque es muy pesada y ya no la quería como novia.
-No te entiendo.
-Ni yo.
Le pedí a Marta que dejara el tema, me dolía la cabeza y no tenía ganas de hablar. Hasta que llegamos a su casa no hablamos, y allí solo para despedirnos. Yo vivo al lado suya.
Llegué a casa e intenté no hacer ruido para poder acostarme. Tuve suerte, no había nadie en casa. Me acosté y me dormí.
Esa tarde tuve un sueño muy raro. Estaba en la casa, pensé que estaba en mi casa. Escuché unos pasos atrás mía.
-Javi ven, vamos arriba.-dijo Laura.
Laura me volvió a meter en la habitación y empezó a besarme. Después se desnudó. Yo le iba ayudando mientras la besaba. La tiré suavemente en la cama y fui bajando lentamente. De pronto escuché una voz de hombre diciendo sigue sigue, abrí los ojos y vi a Alex en vez de a Laura. Yo seguía besándole y él disfrutaba mientras lo hacía. Cuando iba a hacerle algo más me cogió y dijo –Te tengo.
Me desperté y me caí de la cama. Estaba sudando y algo conmocionado. Me levanté del suelo pensando en ese sueño que para mí fue más bien una pesadilla. Con el golpe, mi madre, que había llegado ya a mi casa, entró en mi cuarto.
-¿Qué ha sido ese golpe?-dijo asustada.
-Nada mamá, me he caído de la cama.
-¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?
-Sí, estoy bien.
-Vale. Vente a comer, son las dos y media ya.
-Vale mamá, voy ya mismo.
Estaba muerto de hambre y necesitaba comer. Cuando terminé de comer, pensé en qué haría por la tarde. Pensé en ir a casa de Alex a pedirle perdón por lo que hice en la fiesta, aunque fuera más bien porque Marta me echó la bronca.
Llegué a casa de Alex, que no estaba muy lejos de la mía, y llamé a la puerta. Abrió la puerta su hermana. Me quedé pasmado, era guapísima, tenía unos ojos verdes preciosos, era algo más bajita que yo y delgada y tenía un año más que yo, se llamaba Natalia.
-Hola. ¿Quién eres?-dijo Natalia.
-Ehh… Soy Javi, un amigo de Alex.
-Alex no está en casa.
-Entonces vendré más tarde.
-No, no, pasa y siéntate en el sofá. La verdad es que me vienes de perla.-dijo feliz
-¿Por qué?- dije extrañado.
-Le compré una camisa a mi hermano por su cumpleaños y tú eres más o menos como él, ¿puedes probártela por favor?
-Claro- dije feliz.
Entré en la casa. Era bastante grande y estaba muy bien decorada.
-Ohh, perdona mi descortesía. Me llamo Natalia y soy su hermana como habrás notado.
-Ya, lo noté cuando dijiste que le habías comprado una camisa a tu hermano.
-Bueno, aquí está la camisa. Por favor, pruébatela.
Cogí la camisa y me la puse. Me quedaba genial.
-¡Es perfecta!- dije.
-Sí, muchas gracias.
-Si no me necesitas para nada más, creo que me iré.
-No, quédate. Siéntate en el sofá y espera aquí.
Nos sentamos en el sofá y empezó a hablar.
-Bueno, ¿qué tal mi hermano? ¿Se lleva bien con los de la clase?
-Ehh… Sí. Acabamos de conocerlo, pero es buena gente.
-Me alegro. ¿Y en la fiesta?
-En la fiesta estuvimos bien.
-Pensé que os ibais a quedar a dormir.
-Alex se vino antes solo. No sé el porqué.
-Amm… Entiendo. ¿Y a qué has venido?
-Venía a hablar con Alex sobre una cosa de la fiesta.
-Entiendo. ¡Tarda mucho!
-Creo que me iré entonces.
-Bueno, vale, le diré que viniste.
-Vale, gracias. Oye… una cosa.
-Dime.
-¿Te apetece ir por la noche a algún lado?
-¿Me estás invitando a salir?
-Sí
-Vale… no me parece mala idea.
-¡Genial! Te recojo a las 10, no lo olvides.
-Estaré preparada.
Me levanté del sofá y me dirigí a la puerta mientras ella me acompañaba. Volví a mi casa y pensé en la noche que iba a pasar con Natalia.


2 comentarios:

  1. ¡David, escribe rápido el próximo capítulo que quiero saber qué pasa entre Natalia y Javi!
    haha besicos hermanico! <3

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  2. dios eso es meter el dedo en la yaga eeh!! xD pobre alex..

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