Capítulo 3. Resaca arrepentida.
El ruido de
la puerta de la casa me despertó, era Ángel. Me sentía bastante mal y apenas
podía abrir los ojos. Ángel me hizo un gesto para que fuera a hablar con él y
eso hice.
-¿Qué
quieres “pesao”? – pregunté desganado.
-Buena
resaca, ¿no? Te lo mereces- dijo Ángel riéndose.
-¡Qué gracioso…!
– dije irónicamente.
-Así que te
tiraste a Laura. Vas de mal en peor.
-¡Ostia,
Laura! La dejé arriba durmiendo.
-Tranquilo
fiera, aún duerme.
-Menos mal,
no tengo ganas de nada.
-Deberías
irte a casa, no te preocupes por recoger, estos gandules me ayudan.
-Gracias, la
verdad es que no tengo ganas de hablar con Laura ahora, me voy antes de que se
despierte.
-Vale, nos
vemos tío, luego te busco.
-Ok.
Recogí mis
cosas y me fui rápidamente antes de que nadie se despertara, pero cuando llegue
a la puerta Marta estaba esperándome.
-¿Te ibas
ya?- preguntó inocentemente
-Ahh… sí-
dije sorprendido.
-Pues me voy
contigo, ya he hablado con Ángel. No creo que puedas llegar bien a tu casa con
esa resaca.
- Gracias
fea.
Anduvimos un
rato callados hasta que Marta empezó a hablar.
-¿Por qué lo
hiciste?- dijo algo mosqueada.
-¿A qué te
refieres?- dije sin enterarme de lo que pasaba.
-Lo sabes
muy bien, el numerito de anoche.
-Estaba
borracho…
-No es muy
buena excusa. Mira, no sé nada de Alex, pero sé que os ha pasado algo y viene
de antes de la fiesta.
-¿Te diste
cuenta?
-Hablasteis
debajo de la ventana del baño anoche y yo estaba ahí. Me enteré de lo que Alex
hizo en tu casa el otro día.
-Ya…
-Después de
saber que quiere contigo te tiras a Laura. Eres
un insensible.
-Mi
sentimiento hacia él no es mutuo.
-Aun así,
podríais cortaros un poco, sobre todo tú que dejaste a Laura.
-La dejé
porque es muy pesada y ya no la quería como novia.
-No te
entiendo.
-Ni yo.
Le pedí a
Marta que dejara el tema, me dolía la cabeza y no tenía ganas de hablar. Hasta
que llegamos a su casa no hablamos, y allí solo para despedirnos. Yo vivo al
lado suya.
Llegué a
casa e intenté no hacer ruido para poder acostarme. Tuve suerte, no había nadie
en casa. Me acosté y me dormí.
Esa tarde
tuve un sueño muy raro. Estaba en la
casa, pensé que estaba en mi casa. Escuché unos pasos atrás mía.
-Javi ven, vamos arriba.-dijo Laura.
Laura me volvió a meter en la
habitación y empezó a besarme. Después se desnudó. Yo le iba ayudando mientras
la besaba. La tiré suavemente en la cama y fui bajando lentamente. De pronto
escuché una voz de hombre diciendo sigue sigue, abrí los ojos y vi a Alex en
vez de a Laura. Yo seguía besándole y él disfrutaba mientras lo hacía. Cuando
iba a hacerle algo más me cogió y dijo –Te tengo.
Me desperté
y me caí de la cama. Estaba sudando y algo conmocionado. Me levanté del suelo
pensando en ese sueño que para mí fue más bien una pesadilla. Con el golpe, mi
madre, que había llegado ya a mi casa, entró en mi cuarto.
-¿Qué ha
sido ese golpe?-dijo asustada.
-Nada mamá,
me he caído de la cama.
-¿Estás
bien? ¿Te has hecho daño?
-Sí, estoy
bien.
-Vale. Vente
a comer, son las dos y media ya.
-Vale mamá,
voy ya mismo.
Estaba
muerto de hambre y necesitaba comer. Cuando terminé de comer, pensé en qué
haría por la tarde. Pensé en ir a casa de Alex a pedirle perdón por lo que hice
en la fiesta, aunque fuera más bien porque Marta me echó la bronca.
Llegué a
casa de Alex, que no estaba muy lejos de la mía, y llamé a la puerta. Abrió la
puerta su hermana. Me quedé pasmado, era guapísima, tenía unos ojos verdes
preciosos, era algo más bajita que yo y delgada y tenía un año más que yo, se
llamaba Natalia.
-Hola.
¿Quién eres?-dijo Natalia.
-Ehh… Soy
Javi, un amigo de Alex.
-Alex no
está en casa.
-Entonces
vendré más tarde.
-No, no,
pasa y siéntate en el sofá. La verdad es que me vienes de perla.-dijo feliz
-¿Por qué?- dije
extrañado.
-Le compré
una camisa a mi hermano por su cumpleaños y tú eres más o menos como él,
¿puedes probártela por favor?
-Claro- dije
feliz.
Entré en la
casa. Era bastante grande y estaba muy bien decorada.
-Ohh,
perdona mi descortesía. Me llamo Natalia y soy su hermana como habrás notado.
-Ya, lo noté
cuando dijiste que le habías comprado una camisa a tu hermano.
-Bueno, aquí
está la camisa. Por favor, pruébatela.
Cogí la
camisa y me la puse. Me quedaba genial.
-¡Es
perfecta!- dije.
-Sí, muchas
gracias.
-Si no me
necesitas para nada más, creo que me iré.
-No,
quédate. Siéntate en el sofá y espera aquí.
Nos sentamos
en el sofá y empezó a hablar.
-Bueno, ¿qué
tal mi hermano? ¿Se lleva bien con los de la clase?
-Ehh… Sí.
Acabamos de conocerlo, pero es buena gente.
-Me alegro.
¿Y en la fiesta?
-En la
fiesta estuvimos bien.
-Pensé que
os ibais a quedar a dormir.
-Alex se
vino antes solo. No sé el porqué.
-Amm…
Entiendo. ¿Y a qué has venido?
-Venía a
hablar con Alex sobre una cosa de la fiesta.
-Entiendo. ¡Tarda
mucho!
-Creo que me
iré entonces.
-Bueno,
vale, le diré que viniste.
-Vale,
gracias. Oye… una cosa.
-Dime.
-¿Te apetece
ir por la noche a algún lado?
-¿Me estás
invitando a salir?
-Sí
-Vale… no me
parece mala idea.
-¡Genial! Te
recojo a las 10, no lo olvides.
-Estaré
preparada.
¡David, escribe rápido el próximo capítulo que quiero saber qué pasa entre Natalia y Javi!
ResponderEliminarhaha besicos hermanico! <3
dios eso es meter el dedo en la yaga eeh!! xD pobre alex..
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