viernes, 17 de febrero de 2012

Capitulo 5


Capítulo 5. Día duro.
Como todos los martes de instituto, me desperté temprano, a las siete y cuarto. Mi madre fue buena y no me despertó a las seis. Me vestí, me aseé y salí de mi casa sin desayunar.
Al salir de mi casa fui a llamar a mi vecina. Se llamaba Nuria. Ella y yo éramos vecinos desde chicos y, por tanto, mi mejor amiga. También fue la primera niña a la que besé, pero de eso hace mucho y ella, bueno, a ella le gusta Ángel.
-Hola Javi. Espera un momento que me falta ponerme los zapatos.
-No pierdes la costumbre.- dije riendo.
-¡Qué feliz estás para la hora y día que es!- dijo algo mosqueada.
-Solo me río de ti.
-¡Que gracioso!- dijo con ironía.
-¿Ya estás buena del resfriado?
-Sí, ayer me puse mejor. ¿Qué pasó en la fiesta?
-Cómo si no lo supieras.
-Venga, ya estoy lista, vámonos y me cuentas.
-Sé que Marta te habrá dicho ya lo que ocurrió.
-Sí, me lo dijo. Pero no me contó nada de Ángel.
-Ángel… No, él no hizo nada.
-¿No?
-Ayer salí con una chica.
-¿Con quién?
-Con la hermana de Alex.- dije aliviado.
-¿¡Qué dices!?
-Lo que oyes.
-Me tienes que contar todo con detalles.
-Luego te lo cuento que él está ahí.
-Vale.
-Menos mal que vivimos cerca del instituto.
-Lo peor es que siempre tienes que contarme algo y no te da tiempo a decírmelo.
-Para mí es una ventaja.- dije riendo.
-Nos vemos a la hora del recreo.
-Vale, adiós.
Nuria estaba con Marta en la clase de biología. Yo en la clase de tecnología con Ángel, Alex y David, y Laura en humanidades con Miguel y Andrew. Yo quería ser ingeniero aeroespacial, pero no sé lo que querían los demás exactamente.
Saludé a David que acababa de llegar y puse mi maleta en la mesa que estaba a su lado. Ángel aún no había llegado, pero eso era normal en él. Siempre llega cinco minutos más tarde de la hora. Lo peor de eso es que pocas veces está a mi lado. Alex llegó casi seguida mía. Cambié mi maleta y la de David de sitio para que él estuviera en medio y yo a un lado ya que las mesas eran de tres. Así solo estaría David a mi lado.
David me miró y afirmó con la cabeza entendiendo lo que pasaba. Se levantó de la silla y se sentó en la de al lado.
-Ahora toca lengua, ¿no?- le pregunté a David.
-Para tu desgracia sí.- dijo David riéndose de mí.
-Cómo me conoces.- dije riendo.
En ese momento Alex se sentó al lado de David y miré a David con cara de “lo sabía”. David se volvió a reír y me dijo con la mano que me sentara, entonces empezó a susurrarme.
-¿Qué tal la cita de ayer?
-¿Cómo lo sabes?- dije sorprendido.
-Te vi salir del restaurante. Sabes que la ventana de mi habitación da a la puerta.
-Cierto. Estuvo bien.
-¿Quién era ella? No me suena.
-Era Natalia, la hermana de tú ya sabes quién.
David se echó las manos a la cabeza y se quedó sorprendido. Se quedó callado. En ese momento entró la profesora de lengua y ambos nos giramos hacia delante. Llamaron a la puerta. David y yo nos reímos porque sabíamos con total seguridad que era Ángel. Ana, que así se llamaba la profesora de lengua, abrió la puerta. Era su primer año aquí, si no le habría echado una bronca como hacen casi todos porque ya le conocen.
De pronto miré hacia mi mesa y vi una nota. La abrí y empecé a leerla.
“Así que ayer saliste con mi hermana, parece que lo haces aposta.”
Miré a David y le di la carta para que la leyera. David me miró asombrado y miró a Alex con desprecio. En toda la mañana no hablamos con Alex porque, vale que le guste, pero no voy a cortarme nada, voy a seguir siendo como soy y no voy a cambiar por él.
En el recreo, vi a Nuria y Marta viniendo hacia mí. Ambas sonreían y les vi las intenciones. Cuando llegaron a mí les enseñé la cartita.
-Yo ya te dije en el campo.- dijo marta.
-No tienes la culpa de ser guapo.- dijo Nuria riéndose.
-Gracias.- dije riendo.
Ángel llegó y le dije si salía para ir a comprar mientras Nuria y Marta hablaban con David.
-Teníamos que habérselo dicho a David.- dijo Ángel.
-No, yo le pedí que las entretuviera cuando tú vinieras.
-Ahh, qué listo eres. Bueno tío, así que con Natalia.
-No es nada serio como te dije antes.
-Ya, pero está buena.
-Te fijas en todas menos en la que deberías.
- ¿Qué dices? Yo me fijo en las guapas.
-Nada, déjalo.
Ángel es algo torpe pillando las indirectas y eso me alivia a veces, otras no.
Ya en la cantina del instituto, le dije que esperara y me compré un bocadillo con bebida. Cuando salimos, vi a Alex gritándole a David con la mano levantada, a Marta agarrándolo por detrás y a Nuria llevándose a David de ahí. Corrí hacia David, y Ángel hacia Marta.
-¿Qué ha pasado?- pregunté asustado.
-Nada. David te estaba defendiendo. Alex dijo una cosa de ti y le dije a David que pasara de él, pero no hizo caso.
-¡Es que no puede ir por ahí diciendo cosas de mis amigos!- dijo David alterado.
-Da igual David, gracias tío, pero haz lo que dijo Nuria, no le hagas caso.
Le di a David un abrazo de amigos para agradecérselo y se calmó un poco.
-Gracias a ti tío.- dijo sonriendo David.
Dejé a David y Nuria y fui a hablar con Marta y Ángel.
-Esto no puede seguir así,  Javi, Alex podría haber pegado a David por ti.- dijo Marta algo triste.
-Yo no puedo hacer nada. ¿Dónde está?
-Le dije que se fuera o se llevaba un guantazo más grande que su cara.- dijo Ángel.
-Sí, le dijo eso, yo estaba delante.
-Eres un bestia tío- dije riendo.
Marta se fue algo molesta a ver a David, pero sonó el timbre y todos fuimos a clase.
A última hora todos los segundos teníamos alternativa o religión, pero los de alternativa siempre se iban, así que yo también me fui. David, Ángel y yo alcanzamos a Marta y Nuria que también se iban y abajo estaban todos los demás esperándonos.
Nuria vino hacia mí y me dijo que Marta estaba algo molesta conmigo y con Ángel. Fui a hablar con ella, pero se puso a hablar con Laura y me ignoró. Me enfadé y me puse a hablar con Ángel.
Nuria y yo nos despedimos al ratito y nos metimos dentro del piso.
-Al final no me lo has contado.
-Luego te lo cuento por Tuenti.
-Vale, hasta luego.
Entré en casa y vi una nota.
“Javi, he salido. Tu hermano está conmigo. La comida está en el microondas caliéntala y te la comes. Un beso mamá.”
Genial, solo en casa.
Me calenté la comida y me puse a comer viendo la tele. Puse las noticias de deporte y vi todos los goles de la jornada otra vez. Todos los días lo mismo.
Cuando comí encendí el ordenador y me puse a hacer algo de tarea. Nadie me hablaba por el ordenador y estaba tranquilo.
Al rato Marta se conectó y me habló.
-Perdona Javi, tú no tienes la culpa.
No le respondí y siguió hablándome. Entonces, me levanté de la silla, cogí mis llaves y salí corriendo fuera de casa, corrí y corrí hasta estar muerto y pararme delante de la casa de Marta. Estoy loco, es lo que se me ocurrió pensar. Llamé a la puerta algo impaciente y cansado, necesitaba agua. Marta abrió la puerta y la abracé fuertemente. Rompió a llorar en mis brazos.
-Eres ton… tonto.
-No llores tonta. Yo sé lo que te pasa.- le dije sonriendo.
-Anda, pasa, no estemos fuera.

                      

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