sábado, 11 de febrero de 2012

Capítulo 4


Capítulo 4. La cita.
Ya estaba terminando de prepararme para salir e ir a buscar a Natalia. Le dejé un mensaje en el Tuenti para que bajara porque ya iba a ir a buscarla. En realidad era para que Alex no nos viera.
-¿Hoy también sales Javi?- preguntó mi madre asombrada. –Mañana tienes instituto así que ya sabes.
-Lo sé mamá, lo sé. Volveré más temprano de lo habitual.
Cogí algo de dinero y fui en busca de Natalia.
Cuando llegué ella estaba esperándome debajo de su casa. Se había puesto muy guapa. Estaba asombrado y no sabía que iba a decirle cuando llegara hasta ella.
-¡Hola! ¡Estás guapísima!- dije espontáneamente.
-¡Hola! Gracias, tú también. ¿Adónde vamos?
-Pues había pensado en ir  a cenar al restaurante italiano que está cerca del parque.
-Me parece buena idea. ¿Y luego?
-Luego ya pensaré donde llevarte.
-Vale… parece buena idea.
Empezamos a andar hacia el restaurante, me metí las manos en los bolsillos y ella me cogió por un brazo. Me puse algo colorado, estaba tan feliz y, además, ella era mayor que yo, me sentía un chico con suerte.
-¿Y qué estudias?- pregunté interesado.
-Estoy haciendo un doble grado de física y química.
-Uff… Eso parece difícil.
-Lo es, pero me gusta.
-Eso es lo importante.
-¿Y tú qué quieres estudiar?
-Quisiera ser ingeniero aeroespacial, pero la nota no me dará, o eso creo.
-Seguro que la sacas, parece una carrera interesante.
-Ojalá.
-¿Este es el bar?
-Sí, ¿pasa algo?- temí
-No, es magnífico.- dijo maravillada
-Me alegro de que te guste. Ven, voy a preguntar por la reserva que hice.
-¡Qué gentil!
Pregunté al camarero sobre la reserva y nos llevó hasta la mesa. Ambos pedimos una coca cola de bebida y ella quiso pedir unos panecillos como entrante hasta que decidiéramos qué más pedir. Ella pidió unos raviolis a la carbonara y yo pedí una pizza de la casa, y de entremeses pedimos una fondue y unos nachos con queso y carne. Cuando el camarero se fue, empezó a hablar.
-Espero que nos llegue el dinero.- dijo algo preocupada.
-No te preocupes, yo pago.- dije sonriendo.
-No puedo dejar que pagues tú.
¿Por qué no? Yo te he invitado, insisto.
-Oh… Gracias, eres una caja de sorpresas.
-Jajaja, no es para tanto.
-Javi, ¿Pasó algo en la fiesta? ¿Por qué mi hermano se vino?
-Fue… Tuve algo de culpa…- dije preocupado.
-¿Os peleasteis?
-No. No es eso. Le molestó algo que hice, pero no le hice nada malo a él, es que…
-Seguro que es por una chica.
-Sí, fue por eso. Mi ex, que no me deja en paz.
-Entiendo. A mi hermano le gusta esa chica, ¿no?
-Sí, es eso.
-Es raro
-¿Por qué?- pregunté muy sorprendido.
-Porque mi hermano es gay.
En ese momento el camarero llegó con los entrantes y me puse a comer. Ella me miró.
-¿No lo sabías?
-No, no lo sabía.-mentí.
-Pues no le digas nada, le cuesta decirlo.
-Vale. Bueno ahora comamos antes de que la comida se enfríe.
-Me parece muy bien.
Estuvimos en el restaurante hasta las 11:15 de la noche. Charlamos de nuestros intereses, cosas de nuestra vida, de lo que nos gusta y nos disgusta, mientras comíamos. Es una buena chavala y me estaba empezando a gustar.
Cuando salimos del restaurante fuimos a dar un paseo. La llevé a un monte que había a las afueras de la ciudad en moto. Allí estábamos solos los dos, tumbados, mirando las estrellas. Era un paisaje bellísimo.
-¡Qué bonito lugar!- dijo ella feliz.
-Sabía que te gustaría.
En ese momento, ella se levantó y se puso encima de mí.
-¿Te gusta lo que ves?- dijo mordiéndose el labio.
-Me encanta.- dije sensualmente.
Levanté la cabeza y nos besamos. No podía parar, era increíble. Besaba muy bien y estaba disfrutando. Ella tampoco parecía estar molesta. Nos tendimos de lado mientras seguíamos besandonos. Puse mi mano en su espalda y la fui bajando, pero ella fue más rápida y antes de que yo tuviera mi mano en su culo ella ya tenía la suya en el mío. De pronto la mano que tenía en mi culo la movió hacia la parte de delante y empezó a tocármela. Separamos nuestros labios y su mano aún seguía ahí.
-Mejor que no.- dijo mientras quitaba la mano.
-No pasa nada.- le dije tranquilo.
-Me ha encantado la noche. Ojalá repitamos.
-Claro, el fin de semana que viene.
-No creo que pueda, ya te aviso yo.
-Vale.
-Llévame a casa por favor.
-Ahora mismo.
Nos volvimos a besar y nos levantamos. Se abrazó fuertemente a mí cuando estábamos en la moto.
-¿Te molesta?- preguntó preocupada.
-Para nada.- dije feliz.
-Gracias.- dijo sonriendo.
Tardamos 10 minutos desde donde estábamos hasta su casa. No dijo nada, pero sentí cómo me abrazaba fuertemente. Cuando llegamos a su casa, se bajo, y nos volvimos a besar.
-No estás mal para ser un año menor que yo.- dijo riendo.
-¿Qué te esperabas?-dije riendo.
-Adiós, Javier.
-Hasta mañana, Natalia.
Regresé a mi casa e intenté no hacer mucho ruido, pero no sirvió de mucho, mi madre estaba levantada.
-¡Javier! ¿¡Dónde estabas!? ¡Son las dos de la madrugada y mañana tienes colegio!- dijo mi madre enfadada.
-Se me ha hecho tarde. No te preocupes.
-¡Qué no me preocupe! ¡Mañana a las 6 estás en pie!
-¡Pero mamá, no es justo!
-¿¡Quieres no salir el próximo fin de semana!?
-Vale… Hasta mañana.
-Hasta mañana.
Me preparé para dormir y me fui a la cama. Estuve pensando en la gran noche que había pasado con Natalia. Creo que empezaba a sentir algo. Dejé de pensar ya que mañana tenía que levantarme temprano y me quedé dormido al rato. Mi madre siempre cumple lo que dice.

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